Minneapolis, MN – Para Eda Kachiri, el baile no es solo una pasión; es una forma de vida. “Tengo 14 años bailando salsa y bachata”, dice con una sonrisa. Su amor por la danza comenzó en la escuela, donde formó parte del equipo de baile, aprendiendo jazz y contemporáneo. Pero fue un encuentro casual lo que cambió su destino para siempre. “Después de participar en un certamen de belleza en Minneapolis, un maestro de salsa me preguntó si quería entrenar con él,” recuerda Eda. “Le dije que sí, y así fue como todo comenzó”.
Hoy, Eda dirige Yirií Dance Studio, un lugar donde los ritmos de salsa, bachata, cumbia y kizomba resuenan en cada rincón. “No tenía planeado abrir una escuela”, confiesa. “Pero necesitaba un nuevo proyecto, y un amigo me sugirió que lo hiciera. Al principio pensé que era demasiado, pero aquí estamos”.
Para Eda, el reto más grande no ha sido enseñar baile, sino aprender a manejar el negocio. “Me encanta bailar, crear coreografías, todo eso”, dice. “Pero lo de los números y el negocio es lo más difícil”. A pesar de estos desafíos, su estudio ha florecido, convirtiéndose en un espacio donde la comunidad puede aprender y celebrar juntos.
Un Sueño que Inspira
La historia de Eda es un testimonio de determinación a seguir sus sueños. “Si tienes un sueño, siempre debes seguirlo,” aconseja. “No ha sido fácil, pero con mucho trabajo y encontrando a las personas adecuadas para ayudarte, puedes lograr lo que sea”.
Eda ha encontrado apoyo en su comunidad hispana, una comunidad que ella describe como llena de energía. “Cuando hay un evento con mucha gente hispana, la energía es algo diferente”, comenta. Esa energía es la que impulsa a Eda a seguir adelante, no solo enseñando baile, sino también compartiendo la rica cultura de donde provienen estos ritmos. “No se trata solo de aprender pasos”, explica. “Hablamos mucho de la cultura de donde viene la música, de donde viene el baile”.
Más que Pasos, una Conexión con la Cultura
En Yirií Dance Studio, Eda no solo enseña a bailar; enseña a amar y entender la cultura latina. “A mí me encanta la bachata, que viene de República Dominicana,” dice. En sus clases, los estudiantes aprenden sobre la historia y la energía detrás de cada baile. “Quiero que la gente se lleve un amor por la cultura, no solo por los pasos”, añade.
El impacto del baile va más allá de los movimientos. Para Eda, el baile es una herramienta poderosa para mejorar la vida de las personas. “Quiero que la gente se sienta bien bailando, que se sienta con confianza”, dice. “El baile y la música pueden ayudar en muchos aspectos de la vida”.
Celebrando Todo lo que Somos
A través de su estudio, Eda Kachiri está celebrando la riqueza de la cultura latina y compartiéndola con su comunidad. En cada clase, en cada movimiento, Eda está tejiendo una historia de pasión, identidad y amor por la danza. “El baile te conecta con algo más grande”, dice. “Y eso es lo que quiero que mis estudiantes sientan: una conexión con ellos mismos, con los demás y con la cultura que representa todo lo que somos”.
Por Michel Cros
