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Un Compromiso con la Esperanza: Elegir la Positividad en un Mundo de Negatividad Abrumadora 

Minneapolis, MN – Durante la pandemia, tomé una decisión que cambió mi vida: reducir significativamente mi consumo de noticias. En ese momento, no lo sentí como algo “radical”quizás “valiente” sea una palabra más adecuada, porque evoca una acción consciente y transformadora, sino más bien como un mecanismo de supervivencia, una necesidad para preservar mi bienestar emocional y mental. Con el tiempo, entendí que fue más que eso: fue un acto de esperanza, una elección deliberada para cuidar de mí misma, de mi familia y de las personas que dependen de mi trabajo. 

En esos primeros meses de la pandemia, el miedo, la incertidumbre y un constante flujo de información negativa dominaban el día a día. Las noticias, aunque necesarias para mantenernos informados, parecían estar diseñadas para mantenernos atrapados en un ciclo interminable de alarma. Los titulares repetían las mismas narrativas desde diferentes ángulos, alimentando la sensación de desesperanza y amplificando la ansiedad colectiva. Esta sobreexposición comenzó a afectar mi capacidad de lidiar con la incertidumbre que ya de por sí traía la pandemia. 

Como psicoterapeuta, me enfrenté al reto de sostener emocionalmente a mis pacientes mientras también navegaba mis propios temores. Ellos llegaban con preocupaciones similares: la salud, la economía, el aislamiento, la incertidumbre sobre el futuro. Mi trabajo era contener esas emociones y ofrecer estabilidad y esperanza. Pero pronto me di cuenta de que no podía hacerlo mientras yo misma estaba inmersa en esa misma narrativa de miedo e impotencia. Fue entonces cuando decidí tomar un paso hacia atrás, establecer límites y buscar formas de nutrir mi capacidad de resiliencia y optimismo. 

Esa experiencia me enseñó una lección que es tan relevante hoy como lo fue entonces. Si bien la pandemia fue un momento único en la historia, los sentimientos de preocupación, miedo e incertidumbre no han desaparecido. Hoy, nuestra comunidad sigue enfrentando retos profundos: cambios políticos, de índole de inmigración, económicos, etc. Y aunque los medios de comunicación juegan un papel importante al informar sobre estos temas, también pueden generar una sensación de parálisis, de que el problema es demasiado grande para enfrentarlo, de que nuestras acciones no importan. 

En estos momentos difíciles, más que nunca, necesitamos recurrir a nuestros recursos internos. Nuestra mente, si no está guiada, tiende a enfocarse en el peligro, en lo negativo, en lo que no podemos controlar. Es un mecanismo de supervivencia, pero también puede ser una trampa si no aprendemos a redirigir nuestra atención hacia las posibilidades, hacia los recursos que ya poseemos dentro de nosotros mismos. 

Cuando nos dejamos llevar únicamente por el miedo y la preocupación, dejamos de generar alternativas, dejamos de agenciarnos. Nos desconectamos de esa parte de nosotros que es creativa, resolutiva, resiliente. Pero cuando elegimos conscientemente enfocarnos en la esperanza, en las soluciones y en lo positivo, abrimos la puerta a nuevas posibilidades. Esta elección no significa ignorar las dificultades o vivir en negación. Al contrario, significa enfrentarlas con una mentalidad que busca caminos y alternativas en lugar de quedarse atrapada en el problema. 

Durante la pandemia, aprendí a reemplazar la sobreexposición a las noticias con prácticas que me ayudaran a mantener mi equilibrio: conectarme profundamente con mi familia, pasar tiempo en la naturaleza y buscar historias de resiliencia y superación. Hoy, sigo creyendo que esas pequeñas decisiones son esenciales para superar los desafíos. No importa cuán adversas sean las circunstancias externas, siempre podemos trabajar en fortalecer nuestra mente y nuestra capacidad interna de respuesta. 

Porque, al final, en tiempos difíciles, la verdadera fortaleza no proviene solo de lo que ocurre fuera de nosotros, sino de cómo elegimos responder. Y elegir la esperanza, el optimismo y la acción es un acto valiente que nos permite no solo sobrevivir, sino también avanzar, construir y liderar un futuro mejor, para nosotros mismos y para nuestras familias y comunidad. 

Por Ana Mariella Rivera 

La información compartida en estas cápsulas de salud mental refleja mis ideas y enfoques personales para promover el bienestar y la salud mental. Estas cápsulas tienen como único propósito proporcionar ideas útiles e informativas de carácter general. No constituyen un reemplazo para el tratamiento profesional, la terapia o el asesoramiento especializado.  Si tú o alguien que conoces necesita asistencia personalizada o apoyo profesional en salud mental, te animo a buscar orientación de un profesional calificado y con licencia. Como autora de estas cápsulas, renuncio a cualquier responsabilidad por riesgos o daños—profesionales, personales o de otro tipo—que puedan surgir de la aplicación o interpretación de la información proporcionada.  

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