Local

El Poder Sanador de la Amabilidad: Una Historia Muy Personal  

Mi mamá está atravesando un momento emocionalmente difícil. No es fácil para ella, ni para mí como hija. Su historia de vida incluye heridas profundas relacionadas con el apego en su familia de origen, y como muchas personas que migraron, también carga el peso de dejar atrás una parte de sí misma. Ahora que se encuentra contemplando los próximos años de su vida, pareciera que muchas emociones y recuerdos están volviendo a tocar su puerta. 

Hace unos días, le propuse algo pequeño pero con intención: 
“¿Y si pruebas hacer un acto de generosidad cada día? Algo sencillo, sin presión, como escuchar con atención, escribirle un mensaje bonito a alguien o ayudar a quien lo necesite.” 

Creo que aceptó el experimento, porque el otro día me contó que estaba en camino a darle un ride a un familiar. Y yo sé ,sé profundamente, que eso le cuesta. No solo por lo práctico, sino por toda la energía que para ella implica. Pero ahí va, intentándolo. Y aunque es muy pronto para decir que esto ha cambiado todo, sí noto en ella una disposición distinta. Algo suave, como una puerta que se empieza a entreabrir desde adentro. 

🧠 ¿Por qué la amabilidad nos hace bien? 

Lo que mi mamá está intentando tiene un respaldo científico muy claro. Cuando realizamos actos de bondad o generosidad, nuestro cerebro activa una serie de mecanismos que nos hacen sentir mejor de forma natural:  

Oxitocina – conocida como la hormona del vínculo social, fortalece el sentido de conexión y confianza con los demás. 
Dopamina – el neurotransmisor del placer, genera una sensación de recompensa y bienestar. 
Serotonina – ayuda a regular el estado de ánimo y está directamente relacionada con la sensación de calma y satisfacción. 

Estos neurotransmisores no solo generan una sensación inmediata de bienestar, sino que también ayudan a regular el estrés, mejorar el ánimo y fortalecer nuestras relaciones sociales, lo que es fundamental cuando alguien está atravesando una etapa de vulnerabilidad emocional. 

🌱 Un pequeño acto puede ser el comienzo 

Sé que mi mamá está apenas comenzando este camino. Pero confío. Confío en su valentía, en su corazón, y en lo que puede surgir cuando uno elige conectarse con los demás desde un lugar de generosidad. 

A veces pensamos que hay que hacer cosas grandes para sentirnos mejor. Pero la ciencia ,y la vida, nos muestran que muchas veces, lo pequeño es profundamente transformador. 

✨ Así que hoy, si estás pasando por un momento difícil, te invito a probar con algo sencillo. Tal vez sonreírle a alguien. Tal vez escribir un mensaje con cariño. Tal vez ofrecer ayuda. No porque solo tengas que dar… sino porque en ese dar, también podrías empezar a recibir. 

Si tú o alguien que conoces necesita asistencia personalizada o apoyo profesional en salud mental, te animo a buscar orientación de un profesional calificado y con licencia. Como autora de estas cápsulas, renuncio a cualquier responsabilidad por riesgos o daños—profesionales, personales o de otro tipo—que puedan surgir de la aplicación o interpretación de la información proporcionada. 

Por Ana Mariella Rivera 

Related Posts