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El Poder de la Visualización: Una Lección Para Mi Hija y Para Todos 

Minneapolis, MN – Una de las lecciones más importantes que he aprendido sobre la vida es que nuestra mente puede ser nuestro mayor aliado o nuestro peor enemigo. Esto lo comparto con mi hija adolescente, quien tiene una mente inquieta, curiosa, y, como ella sabiamente dice, a veces le “juega trucos”. Su capacidad de imaginar cosas increíbles es tan poderosa como su tendencia a dejarse llevar por pensamientos que la asustan o paralizan. 

Hace poco me dijo: “Mamá, tengo miedo, que tal si me siento anciosa todo el tiempo en el viaje a Florida”. Ella ira sola a este viaje con un grupo juvenil. En ese momento, recordé la técnica de la visualización que a mí me ha ayudado tantas veces y decidí compartirla con ella. Le dije: “¿Qué pasaría si usas esa misma imaginación para construir algo que te ayude, en lugar de algo que te asuste? Vamos a probarlo”. 

Cómo trabajamos juntas la visualización 

Cuando mi hija enfrenta una situación que teme o le genera ansiedad —como un examen difícil o hablar frente a un grupo en la escuela— hacemos juntas un ejercicio de visualización. Nos sentamos en un lugar tranquilo, cerramos los ojos y comienzo a guiarla. Le pido que imagine la situación que teme, pero esta vez desde una perspectiva completamente diferente. 

 “Imagina que estás entrando en esa situación, pero lo haces confiada, tranquila, como si todo ya estuviera saliendo bien. ¿Qué ves? ¿Cómo te sientes?”. Ella me describe lo que observa: se ve a sí misma sonriendo, las personas a su alrededor siendo amables, o sabiendo las respuestas de su examen. Se siente preparada, exitosa, y con mas esperanza sobre la situación. Este ejercicio no solo la calma en el momento, sino que le ayuda a preparar su mente para enfrentarse al desafío real desde una posición de poder, en lugar de miedo. 

 ¿Qué es la visualización y por qué funciona? 

 Este ejercicio que hago con mi hija no es solo un juego, es una práctica poderosa. La visualización consiste en imaginar de forma consciente y detallada una situación, pero desde una perspectiva positiva y empoderadora. En lugar de enfocarte en el miedo o la inseguridad, la visualización te invita a imaginar una versión de ti mismo enfrentando esa situación con éxito. 

Por ejemplo, mi hija podría temer hacer una presentación en clase. En lugar de pensar en todos los “¿y si…?” negativos (¿y si me equivoco? ¿y si se ríen de mí?), practicamos imaginarla sintiéndose tranquila, hablando con claridad, y siendo escuchada con atención. Este simple cambio en la manera de imaginar las cosas crea un ensayo mental que entrena a su cerebro para responder de forma más positiva y efectiva. 

 Beneficios que he visto en mi hija (y que tú también puedes experimentar) 

• Reducción del estrés y la ansiedad: Al imaginarse enfrentando una situación con calma, su sistema nervioso se relaja y disminuye la intensidad del miedo. 

• Mayor confianza: Cada vez que se ve manejando una situación complicada con éxito, refuerza la idea de que es capaz de superar retos, lo que fortalece su autoestima. 

• Preparación mental: La visualización actúa como una práctica previa que la ayuda a sentirse lista y con recursos para enfrentar la realidad. 

Cómo comenzar con la visualización (y hacerlo en familia) 

1. Crea un ambiente seguro: Siéntate con tu hijo o hija en un lugar tranquilo. Pueden cerrar los ojos y respirar profundamente juntos. 

2. Identifica la situación que les preocupa: Ayúdales a expresar qué es lo que temen o lo que les causa ansiedad. 

3. Guíalos a visualizar su mejor versión: Diles algo como: “Ahora imagina que estás ahí, pero lo haces tranquilo y preparado. ¿Qué ves? ¿Cómo te sientes? ¿Qué está pasando?” 

4. Repite regularmente: Como cualquier hábito, la visualización se fortalece con la práctica. Hacerlo de manera constante les dará las herramientas para enfrentar desafíos futuros. 

Una reflexión para mi hija (y para ti) 

Cada vez que hacemos este ejercicio, le recuerdo algo importante: nuestra mente es poderosa, y podemos elegir cómo usarla. Este proceso no elimina los problemas ni hace magia, pero le da algo esencial: el poder de enfrentarse a sus retos con más confianza, preparación y tranquilidad. 

 La próxima vez que enfrentes algo que te da miedo o ansiedad, pregúntate: “¿Qué pasaría si me imagino enfrentándolo desde mi mejor versión?”. Es una práctica que no solo te prepara para superar tus desafíos, sino que también transforma tu relación contigo mismo. Mi hija está aprendiendo a usar su imaginación como una herramienta para apoyarse, y yo espero que tú también lo hagas. 

¿Qué desafío podrías empezar a visualizar hoy? 

Por Ana Mariella Rivera 

La información compartida en estas cápsulas de salud mental refleja las ideas del autor y enfoques personales para promover el bienestar y la salud mental, y no representan necesariamente el punto de vista de esta estación, su administración o afiliados. Estas cápsulas tienen como único propósito proporcionar ideas útiles e informativas de carácter general. No constituyen un reemplazo para el tratamiento profesional, la terapia o el asesoramiento especializado.  Si tú o alguien que conoces necesita asistencia personalizada o apoyo profesional en salud mental, te animo a buscar orientación de un profesional calificado y con licencia. Como autora de estas cápsulas, renuncio a cualquier responsabilidad por riesgos o daños—profesionales, personales o de otro tipo—que puedan surgir de la aplicación o interpretación de la información proporcionada. 

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