En Estados Unidos, la tasa de obesidad sigue en aumento, y las comunidades latinas son de las más afectadas, acorde a Trust For America’s Health. Actualmente, el 47% de los latinos adultos en el país son obesos, una cifra que supera el promedio nacional. En el caso de las mujeres latinas, la prevalencia es aún mayor, alcanzando el 54.8%, en comparación con el 38% de las mujeres blancas.
Esta crisis de salud también impacta a los más pequeños: el 26% de los niños latinos en EE.UU. padecen obesidad, lo que incrementa su riesgo de convertirse en adultos obesos. De no tomarse medidas, más de la mitad de los niños actuales podrían sufrir obesidad al llegar a los 35 años.
Diversos factores contribuyen a esta situación, entre ellos la existencia de “malos habitos alimentarios”, donde los alimentos ultraprocesados y poco saludables son más accesibles y económicos que las opciones nutritivas. Además, muchas comunidades carecen de espacios seguros para la actividad física, lo que dificulta adoptar un estilo de vida saludable.
Consejos para prevenir y mejorar la obesidad
Combatir la obesidad requiere un esfuerzo conjunto entre la comunidad, las familias y los sistemas de salud. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudar a prevenir y mejorar esta condición:
1. Optar por una alimentación balanceada
Incluir más frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales en la dieta.
Reducir el consumo de azúcares añadidos, bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
Preparar comidas en casa con ingredientes frescos en lugar de depender de comida rápida o empaquetada.
2. Fomentar la actividad física
Hacer al menos 30 minutos de ejercicio al día (caminar, bailar, andar en bicicleta, etc.).
Incluir actividades recreativas en familia, como jugar en el parque o practicar deportes.
Usar las escaleras en lugar del elevador y caminar más en la rutina diaria.
3. Priorizar el descanso adecuado
Dormir entre 7 y 9 horas por noche para regular las hormonas del hambre y el metabolismo.
Evitar pantallas electrónicas antes de dormir para mejorar la calidad del sueño.
4. Planificar compras y comidas